Entrevista con Stephanie Ortiz, Directora Regional para América Latina y el Caribe de WMF
1. ¿Puede hablarnos sobre su papel en World Monuments Fund?
He tenido muchos roles diferentes en World Monuments Fund (WMF) desde que comencé a trabajar aquí en 2011, siempre en nuestro departamento de Programas. Comencé como practicante y tuve la gran suerte de tener la oportunidad de crecer en la organización y aprender de increíbles colegas y socios de proyectos de todo el mundo. Ahora soy la Directora Regional para América Latina y el Caribe, donde administro una serie de proyectos en curso, así como la participación en los sitios del programa Watch. Gran parte de mi trabajo se centra en colaborar con socios locales para identificar, desarrollar e implementar proyectos en la región.
2. ¿Cómo se interesó por primera vez en la preservación del patrimonio cultural?
Me interesé por primera vez en la preservación del patrimonio cultural mientras asistía a la Escuela de Arquitectura en Puerto Rico. Por extraño que parezca, me atrajeron al campo las obras arquitectónicas de un pasado no muy lejano. El Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico tiene un asombroso conjunto de edificios modernos de mediados de siglo XX, diseñados por Henry Klumb, muchos de los cuales lamentablemente están descuidados. En esos edificios me di cuenta del sentido del lugar y del diseño contextual, respondiendo a la orientación de la luz natural y la brisa – fenómenos que se ausentaban de construcciones recientes. Mi interés en el pasado comenzó con la arquitectura, pero se desarrolló a plenitud cuando asistí al Programa de Preservación Histórica en el Pratt Institute en Nueva York y aprendí sobre el lado comunitario de la preservación, sobre el compromiso de la comunidad y del poder que tiene divulgar las historias no contadas de comunidades, a menudo subrepresentadas.
3. Cuéntenos sobre uno de sus proyectos actuales de WMF que le entusiasme especialmente.
Todos mis proyectos son emocionantes porque varían mucho en alcance y en los desafíos que enfrentan. Acabo de regresar de México donde viajé con la CEO de WMF, Bénédicte de Montlaur para celebrar la finalización del proyecto del Canal Nacional. Este fue un proyecto emocionante para mí porque el sitio nos llegó en 2019 como una nominación para el World Monuments Watch 2020 y debido a su convincente historia y la dedicación admirable de su comunidad, rápidamente se elevó a la cima entre las nominaciones de América Latina. El Canal Nacional es uno de los últimos remanentes de la red de vías fluviales de la Ciudad de México, que alguna vez fue expansiva, construida hace más de 2,000 años para transportar mercancías desde la antigua Tenochtitlán hasta Xochimilco. Los canales casi han desaparecido, dando paso a caminos pavimentados a medida que la ciudad se expandió, pero una pequeña sección del Canal Nacional permanece como un oasis para las comunidades cercanas y como un hábitat natural para las aves en medio de la bulliciosa ciudad.
Durante los últimos 20 años, miembros de la comunidad han dedicado su tiempo y recursos personales al mantenimiento del canal, incluso construyendo o modificando herramientas y balsas, comprando materiales para limpiar el agua y mantener la vegetación terrestre. WMF colaboró con México Territorio Creativo, la Fundación López de La Rosa y otros líderes comunitarios para desarrollar una serie de actividades para fortalecer la administración local del Canal al brindarles las herramientas y los recursos para ayudarlos a crecer y organizarse. Puedes ver el proyecto en detalle aquí.
Otro proyecto que me emociona es el Parque Nacional Rapa Nui, otro sitio Watch 2020 pero más importante aún, un proyecto que es parte del legado de WMF. Comenzamos a trabajar en Rapa Nui (Isla de Pascua) en 1967 y hemos apoyado una larga serie de trabajos de conservación en este increíble lugar. El Parque Nacional Rapa Nui—monumento nacional de Chile y Sitio Patrimonio Mundial—cubre cerca del 44% de la isla. Su gestión se transfirió a la comunidad indígena local, que ahora es responsable de aproximadamente 20 000 sitios arqueológicos ubicados dentro de los límites del parque, que incluyen cerca de 1000 moai, 300 estructuras ceremoniales, viviendas de piedra, arte rupestre y cuevas. Nuestro trabajo actual se centra en los petroglifos de Mata Ngarahu en la Aldea Ceremonial de Orongo, pero nuestro objetivo es desarrollar un compromiso a largo plazo para apoyar a los Rapanui en la protección de su patrimonio.
4. ¿Qué significa para usted la preservación del patrimonio cultural?
El patrimonio cultural es la amplia gama de expresiones humanas, tangibles e intangibles, transmitidas de generación en generación. Estas expresiones, vistas en el entorno construido, el arte, las tradiciones, la comida y el paisaje, a través de la interacción de la sociedad con la naturaleza, cambian constantemente al igual que cambian las sociedades, inculcando capas nuevas y diferentes de significado y función/uso. Para mí, la preservación del patrimonio cultural es cómo gestionamos el cambio para asegurarnos de que estas expresiones (lugares, tradiciones y más) permanezcan de una manera que sea relevante y refleje las comunidades que las usan y las sustentan.
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